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Pie Diabético

Una lesión muy característica de las personas con diabetes es el pie diabético, que es el resultado de las alteraciones en la sensibilidad (neuropatía periférica) y en el riego de las arterias (artropatía periférica).

El riesgo de padecer esta lesión aumenta conforme avanza la diabetes, llegando a presentar una incidencia de amputaciones por este motivo en torno a 4 por 1.000 pacientes y año.

Se estima que el 15% de los diabéticos presentarán en algún momento de su vida lesiones compatibles con un pie diabético. 

Los factores más importantes para su desarrollo son el mal control de la diabetes, la neuropatía, las deformidades del pie (artropatía de Charcot), la arteriopatía y el tabaco.

El 80% de los pacientes con pie diabético presentan alteración de la sensibilidad, y estos son los más proclives a desarrollar úlceras.


Los signos y síntomas de un paciente con Pie Diabético varían en función de las complicaciones que presenten.

La Neuropatía Diabética…..

afecta a diferentes tipos de fibras nerviosas (sensitiva, motora y autónoma). Los principales síntomas son:

  • Pérdida de la percepción ante estímulos dolorosos, presiones excesivas, cambios de temperatura y propiocepción del pie.
  • Atrofia y debilidad de la musculatura de la extremidad inferior. Lo que produce deformidades de los pies y aumento de las presiones en determinadas zonas del pie.
  • Sequedad de los pies, dejando la piel más frágil y con tendencia a agrietarse.
  • Edemas y distensiones vasculares.

La enfermedad vascular periférica……

produce alteraciones del trofismo del pie, que hacen que la piel sea más sensible al estrés biomecánico, dificultando la cicatrización y alterando los mecanismos de defensa inmunitarios. Esta enfermedad macrovascular produce como principal complicación la isquemia crónica del miembro inferior, la cual supone una disminución progresiva del aporte sanguíneo y consecuentemente la disminución de oxígeno a los tejidos del miembro inferior. Entre los principales síntomas destacan:

  • Claudicación intermitente. Es la llamada “enfermedad del escaparate”, produciendo dolor con la deambulación y obligando al paciente a pararse, llegando incluso a ser invalidante.
  • Dolor en reposo, es típicamente nocturno, que requiere de dosis superiores de analgésicos a lo habitual y que suele preceder a la aparición de lesiones tróficas.
  • Lesiones tróficas. Son lesiones en zonas acras o de presión, localizadas en los dedos y en el talón del pie y que van ligadas a signos inflamatorios por infecciones asociadas.
  • Cambios en la coloración de la piel del pie.
  • Trofismo de la piel. Piel seca, fina, con ausencia de vello, uñas engrosadas y atrofia de la grasa plantar del pie.